Hablemos sobre el miedo....
Mis miedos van más allá de envejecer o morir, más allá de cumplir las expectativas que los demás tienen de mi sobre cómo debería actuar ante ciertas situaciones. Honestamente, tampoco me interesa saber la edad correcta para el alcohol o el sexo. Mis miedos desayunan y almuerzan conmigo y estoy segura de que alguna vez les he visto hacerme sombra en el espejo.
Siempre he querido vivir una vida que mereciera la pena ser contada, ser valiente, divertida y aventurera. Le temo a la confianza que me da el día, vivir perdida y ahogarme en la monotonía, tengo pánico a crecer, a madurar y vivir la vida con los problemas de la gente adulta de cómo sobrevivir. Me niego rotundamente a olvidar quien soy y lo que quiero.
Olvidarme mis gustos, mis vicios, mis imperfecciones o mis risas a carcajadas, no quiero olvidar que gustan las letras tristes, los chistes tontos, hablar mucho, llorar demasiado o que escribir me hace feliz. Me gusta esa persona, la que era y la que de verdad espero continuar siendo.
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